Eduardo M. Barreiro

Licenciado en Química, especializado en Química Industrial (U.B.A.,1970). Consultor de empresas  locales y del exterior en temas de gas, petróleo, combustibles y energía.

Futuro energético argentino: petróleo y gas

El uso del petróleo y el gas a nivel mundial continuará pero con penetración decreciente debido al perjuicio que causa la emisión de CO2 cuando se queman. El cambio climático se acelera al aumentar las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Es imperativo cambiar la matriz energética mundial con energías alternativas.

En Argentina la energía es un bien cada vez más caro, lo que baja la competividad de la producción industrial. Eso no está causado por una geología deficiente. Hay importantes recursos no desarrollados , pero los yacimientos en explotación están próximos al agotamiento Estamos “lavando arena” por secundaria.

Es hora de comenzar la terciaria con la mejor tecnología y planificación; pero bajando los costos. Existen varios problemas que frenan la entrada del capital hacia las inversiones. Hay problemas sindicales, políticos y económicos importantes.

La producción de petróleo convencional viene cayendo fuerte por los bajos precios y la falta de inversión. El gas está casi estable, y es prioritario porque es el 50 % de la matriz de energía primaria

El gas no convencional con los precios actuales es buen negocio. Pero como los tiempos de recobro son largos, la indefinición sobre los precios, agregados a los otros problemas, ha disminuido las inversiones.

El petróleo shale es un complemento importante a pesar de algunos problemas composicionales. Muchas de las inversiones se han dirigido al tight gas en la cuenca neuquina porque es menos complejo y declina menos; pero el volumen de recursos es más escaso.

El mito del fracking como causante de sismos y terremotos o la toxicidad de los aditivos empleados tiene fuerzas impulsoras indeterminadas (además de la ignorancia) y ha causado pérdidas de producción importantes que no se recuperan