Víctor Pochat: Reflexiones sobre el futuro del agua

“El desafío es que el agua esté en la agenda política”

Según Víctor Pochat, profesor de la Universidad Nacional del Litoral y de la UBA, se debe trabajar más en satisfacer necesidades básicas de la población, como el acceso al agua de buena calidad y los servicios de saneamiento.

Ingeniero Civil, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo y Master of Science in Engineering, de la University of California, Víctor Pochat se desempeña actualmente como profesor de las Maestrías en Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (Universidad Nacional del Litoral) y en Gestión Ambiental Metropolitana (Universidad de Buenos Aires).

En el programa Futuros, Pochat se refirió a la gestión del agua, desafíos emergentes y a futuro, ante fenómenos tales como el incremento de la población, la mejora de la calidad de vida, la globalización, la urbanización y el cambio climático.

– El programa Futuro va a tratar cada año una problemática diferente, siempre relacionadas con aspectos que son fundamentales para la humanidad. ¿Por qué considera que este año se eligió al agua?

– El agua es un recurso vital. Esa palabra tiene un significado muy amplio. En primer lugar tiene que ver con la vida de las personas y de los demás seres vivos. Sin agua no hay vida. Pero por otra parte es un recurso que está presente en todas las actividades productivas. No se puede concebir la agricultura sin agua, así como tampoco la industria o la energía. Es decir, el agua está presente en todas las actividades sociales y económicas. Evidentemente es el recurso clave. Por eso fue muy importante comenzar Futuros hablando sobre el agua, porque evidentemente lo demás depende del agua.

– ¿En una agenda política, qué temas vinculados con el agua no deberían dejar de faltar?  

– En primer lugar, el agua debería tener un lugar prioritario en la agenda política, cosa que no suele ocurrir porque se da por sentado que el agua existe. Pensamos que el agua es como el aire, que está en todos lados. Pero esto no es cierto. El aire, aunque a veces contaminado, por lo general está. Pero con el agua esto no sucede. Hay muchas zonas que no tienen agua. Esto es difícil de explicar en la Ciudad de Buenos Aires, donde vivimos junto a un río extraordinario, pero basta ir un poco hacia el oeste de la Argentina y el agua comienza a escasear.

Además, el agua no siempre presenta las condiciones adecuadas para el consumo, y para eso no hay que viajar lejos de la Ciudad de Buenos Aires. Basta entrar en el conurbano bonaerense para ver cuántas personas no cuentan con agua adecuada.

Por eso suena raro que muchas veces el agua no se mencione en la agenda política. Aunque afortunadamente ahora parece que se está tomando más en serio y se le está dando prioridad al uso clave, que es el agua potable y que debe ir acompañada de los servicios saneamiento, porque no basta sólo con proveer agua para beber y para la higiene, sino que el agua utilizada después hay que evacuarla adecuadamente, para no que no se contaminen las napas o los cursos de agua.

– ¿En qué consisten sus trabajos en particular?

– Como gran parte de mi carrera ha sido en planificación y organización en materia de gestión del agua, actualmente me dedico a hacer consultoría en estos temas. En este sentido, en Futuros nos referimos a la gestión de los recursos hídricos, que son los fundamentos sobre los cuales se debe considerar la gestión del agua.

– ¿Cuáles son los desafíos hacia delante?

– En primer lugar, el desafío es que el agua esté en la agenda política y, como consecuencia, que se trabaje en satisfacer las necesidades más básicas, como el acceso al agua de buena calidad y los servicios de saneamiento, que aún no tiene gran parte de la población argentina.

Otros desafíos pasan por contemplar un buen uso del agua en, por ejemplo, el riego (que es un gran consumidor de agua, clave para muchas zonas del país), así como en la industria, de manera tan que se use de manera eficiente y se contamine lo menos posible.

Por último, existe el desafío de ordenar el territorio, de manera tal que cuando surgen fenómenos como las inundaciones, las personas estén viviendo en lugares adecuados y sepan qué hacer para que los daños sean menores. Deben existir planes de prevención y sistemas de alerta anticipada, entre otros ejemplos de desafíos, que son múltiples.

 Nota: Juan Repetto

 

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